Como seres humanos, aún estamos lejos de inventar una máquina que nos permita tele-transportarnos a cualquier parte y así estar más cerca de ese inalcanzable don de la ubicuidad. Sin embargo, otras máquinas ya inventadas, nos permiten acercar aquello que necesitamos a nosotros.
Como indica el dicho: “Si la montaña no va a Mahoma…”. Lo que aquí se traslada como: “Si no puedo estar con mis clientes y en mi oficina, traigo mi oficina a donde estoy en cada momento”.
Otras máquinas, como los coches, nos han permitido trasladarnos de aquí para allá con más efectividad que los antiguos animales que montábamos, pero esto sí que está aun realmente lejos de la ubicuidad. Además, las máquinas requieren mantenimiento y por tanto debemos pasar por el taller de cuando en cuando.
La nube no otorga ubicuidad a quien la disfruta, pero la otorga a las aplicaciones y servicios que precisas para tu día a día y además… se mantiene “por arte de birlibirloque” y nunca tiene que pasar por el taller (al menos… que tu percibas). Todo esto, de forma sencilla, segura y monitorizada por personal especializado. Porque no necesitas ser un especialista en tecnología. Es más, no precisas, ni llevarte bien con “eso”. Porque para eso, estamos los profesionales que trabajamos tras tu nube.
Son muchas las tecnologías que hemos desarrollado desde aquello del fuego y la rueda, pero… solo “el cloud”, te permite alcanzar de alguna forma, la ubicuidad.
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