Como empezar a trabajar en la nube (Cloud para novatos) 2/3

Como empezar a trabajar en la nube (Cloud para novatos) 2/3

En el primer post de esta serie, empezábamos, desde cero, a conocer esto de la nube y veíamos cómo llevamos usándola, desde hace mucho más tiempo del que imaginabas.

Hoy vamos a centrarnos en varios aspectos y el primero de ellos serán las denominaciones comerciales y el razonamiento que ha llevado a la nube (“cloud” en Inglés) hasta convertirse en el nuevo paradigma de trabajo en la empresa.

Para que nos entendamos. Vamos a hablar de cómo se le llama a cada cosa o cómo vas a encontrar cada cosa en el mercado y para ello lo intentaremos introducir de forma muy sencilla.

La clave de la nube es un concepto económico, no tecnológico (curioso, ¿verdad?). Es lo que denominamos pago por uso.

Lo normal, durante las pasadas décadas, es que comprases unos equipos, venga el técnico, los monte en red o simplemente los conectes todos al router que te pone la compañía proveedora de internet y ¡voalá!.

Se adquieren las licencias de los programas. Que si el paquete ofimático (Word, Excel…), el programa de facturación y contabilidad… (hoy en día, a la integración de estos últimos se le suele denominar “ERP”) etc… y a trabajar.

Has desembolsado una cantidad en equipamiento y programas antes de empezar a trabajar y SUPONES que es lo que necesitas, y si después no se ajusta a lo que necesitas… te lo comes con patatas.

Con la llegada de algunas de las tecnologías de la nube, el secreto es que se “alquila todo” en vez de comprarlo. Las razones son múltiples a favor de este modelo y expondremos aquí solamente algunas de ellas:

Paga por lo que utilizas en cada momento: normalmente necesitaras unos recursos y programas, pero si por casualidad, nunca utilizas “Access” (un software de bases de datos) y lo precisas para un solo proyecto o trabajo que te llevará dos meses… ¿no sería mejor poder pagar unos pocos € por éste programa, únicamente durante el tiempo que dura ese trabajo, en vez de adquirirlo y desembolsar mucho más, por algo a lo que no le vas a sacar rendimiento posiblemente nunca más?

Los programas suelen incorporar nuevas versiones a menudo y ello conlleva pagos adicionales. ¿No sería ideal, disponer siempre de la versión que tú quieras? Si estás acostumbrado a una y no precisas el cambio, perfecto, pero si por lo que sea te ves obligado… las nuevas versiones están incluidas en el coste que pagas… (aunque hay que decir que esto depende del fabricante del software).

Mediante el uso de la nube, todo lo que pagas en tecnología se transforma en gasto y no en inversión, por lo que, si preguntas a tu financiero o asesor, seguramente te informará de que esto tiene ventajas a nivel contable y te ahorrarás algo o mucho dinero por este concepto.

Si algo, por muchas promesas que te hiciesen, no te sirve o no se ajusta a lo que precisas, se puede cambiar o deshacerte de él y habrás pagado una mínima parte de lo que te hubiera costado, adquirirlo y sin los riesgos de hacerlo.

Si tienes épocas con picos de trabajo y otras en las que la empresa funciona a ritmo especialmente lento, trabajar en la nube te permite adecuar todo ello en función de lo que necesitas en cada instante (puedes disponer de 20 personas trabajando en noviembre y 3 en marzo, adecuando tanto la infraestructura como las licencias que pagas en cada momento a las circunstancias de cada momento).

En diferentes post hablamos de diversas ventajas de índole NO económica, pero quedémonos con estas para empezar a entender por qué la nube ha significado un antes y un después en las empresas, ya no solo a nivel tecnológico, sino también en lo que respecta a la transformación de las finanzas asociadas al uso de dichas tecnologías.

Pero tecnologías de pago por uso hay muchas… y todas suelen pasar de ser ordenadores, servidores y programas a convertirse en servicios, ofertados por un proveedor.

La diversidad es cada día mayor pero los más conocidos son los siguientes:

  • SaaS: “Software as a Service” o software como servicio. Normalmente es un tipo de programa al que se accede como una web (hace muchos años tenías programas instalados para acceder a tu banco y hora lo haces desde una web, ¿verdad?). Es un simple ejemplo de SaaS. Se suele pagar por el número de usuarios que se conectan al programa, y las funcionalidades, de las que van a hacer uso dichos usuarios.
  • IaaS: “Infrastructure as a Service” o Infraestructura como servicio. Digamos que, en vez de comprar un servidor y unos equipos con sus programas, el proveedor de servicio diseña un entorno con ese o esos servidores dedicados para tu empresa, con unas medidas de seguridad, normalmente fuera de tu alcance y que puedes modificar en segundos. Instalar nuevos programas, añadir esa persona nueva que ha entrado a la empresa o impedir el acceso al compañero que se acaba de jubilar son cuestiones de segundos que además en muchos casos se pueden subcontratar, olvidándonos de la tecnología y centrándonos únicamente en su uso. Por otro lado, permite aumentar la vida útil de ordenadores viejos que en otro caso cambiaríamos, NO porque no funcionen sino porque son incompatibles con algo. En este modelo, normalmente podemos alargar su vida útil hasta la extenuación y cuando un equipo “muere” adquirir un thin-client (un ordenador pequeño que ya incluye el sistema operativo y requiere menos mantenimiento, mucho más barato e igualmente útil. Y todo porque la potencia y compatibilidad están en la nube y ya no depende de tus propios equipos informáticos.
  • PaaS: “Platform as a Service” en castellano, plataforma como servicio, es un entorno, normalmente destinado a programadores, donde se reúnen herramientas de desarrollo, entornos de pruebas avanzados.
  • DRaaS: “Disaster Recovery as a Service”, o Recuperación de desastres como servicio, consiste en un modelo que permite a empresas continuar con sus entornos tradicionales o en un proveedor de la nube, pero ofrece continuidad ante desastres que paralicen la compañía. Mediante estas tecnologías, los servidores y los servicios que éstos proporcionaban se van replicando (copiando) cada cierto tiempo (suelen ser minutos) al proveedor del servicio y ante una caída del sistema principal, se activan estas réplicas de forma que la empresa pueda seguir operando.
  • Backup Online: Consiste en tecnologías que normalmente cifran los datos y los comprimen en las instalaciones del cliente y se envían a unas instalaciones seguras del proveedor. Como los datos se han cifrado con una clave que solo el cliente conoce, nadie, ni el propio proveedor, puede acceder a ellos. La primera copia suele ser la más larga porque se copia la totalidad, mientras que, en posteriores copias, solamente se transmiten los cambios y suele ser muy rápida y transparente a la empresa. Ante un problema, como la pérdida de una carpeta, fichero, la corrupción de la contabilidad o el ataque de un ransomware* (que son esos tipos de “malware” que cifran todo el contenido de tu equipo y piden una cantidad de dinero por recuperarlo) siempre sabes que dispones de copias de la información, a salvo, en otras instalaciones y no tienes que ceder al chantaje.

Hay más, cada día un nuevo tipo de “as a service”, aparece en el mercado, pero suelen ser, subtipos o elementos que pueden ser englobados dentro de una de las categorías anteriores.

En el tercer y último post de esta serie, hablaremos de recomendaciones y que solicitar en función de lo que a ti te gustaría hacer o camino a tomar en cuanto a las tecnologías que utilizará tu empresa.

Nota*: Denominamos como “malware” al conjunto de programas maliciosos con el que lidiamos los usuarios cada día. Esto incluye, virus, gusanos, troyanos y otra serie de depredadores que habitan en la selva electrónica.

Share This