Hace 20 años, las empresas, de todos los tamaños, empezaban a desplegar redes locales para, en aquella época, comenzar a compartir documentos entre los distintos ordenadores de la oficina. Fue la revolución, e hizo avanzar de forma importante la productividad allá donde se desplegaba la “LAN” (“Local Area Network “o “red de área local”).
Al mismo tiempo, primigenias conexiones a Internet, armonizadas por ruidosos módems, transmitiendo a pocos “Kb”, permitían ver unas páginas simples, llenas de texto que, además, con suerte, se descargaban ¡¡en pocos minutos!!.
Y pese a la perspectiva que ofrece el paso del tiempo, y aun con una sonrisa en la comisura de la boca y el ridículo rendimiento que aquella tecnología era capaz de aportar, el salto fue abismal.
Ya entrado en este siglo y a punto de incorporarse al mercado laboral, profesionales, nacidos ya tras el “temido” efecto del año 2000. Todo aquello se vislumbra lejano y neblinoso, pero el paradigma vuelve a ser el mismo.
Si la revolución que ofrecía la conexión con nuestros compañeros de trabajo mediante las redes locales, representaba, avanzar o quedarse atrás frente a la competencia, hoy lo es el mismo hecho, para con proveedores, clientes y colaboradores.
Muchas empresas continúan mandando un plano o una Excel por correo electrónico a colaboradores con los que realizan un proyecto conjunto, cuando esta forma de proceder, representa retrasos, confusiones y problemas.
El disponer de repositorios comunes que puedan ser gobernados para saber quién y de qué forma puede acceder, en tiempo real, a la información, sin tener que esperar a que ese email llegue con el adjunto, representa el mismo salto que suponía el despliegue de una red en la empresa en su día.
La gran diferencia estriba en que de aquella, la inversión era importante. Las tarjetas de red eran carísimas, el cable vendido como si cabellos de la propia medusa se tratase, y las horas del técnico que crimpaba los conectores, a precio de físico nuclear.
Los servicios que permiten rendir más que la competencia, cumplir la legalidad vigente y asumir el control total de los datos, para poder realizar un trabajo más eficiente, requieren de pocos minutos, sin cambios ni compras o implantaciones y su coste representa menos que el que se realiza en café.
Aunque, tal vez, sigas prefiriendo imprimir el documento a ponerlo en la mesa de al lado par que tu compañero lo meta al su ordenador…?
