Métodos para elegir una buena contraseña

Métodos para elegir una nueva contraseña

La Contraseña o Password no es la única forma de mantener a salvo nuestras pertenencias digitales, pero si que es la más común.

Las contraseñas, claves, passwords, secretos o como queramos llamarlas consisten en un conjunto de caracteres que sean lo más difícilmente adivinables por terceros.

Hay claves que estadísticamente son las más utilizadas del mundo como “qwerty” (coincide con la disposición de las teclas de izquierda a derecha en el teclado) o “12345678”.
Otras muy utilizadas son “password” o “passw0wrd”.

Es importante reflexionar y darse cuenta de que, si alguien quiere tu contraseña, primeramente, buscará información sobre ti y tus allegados.
El número de la dirección de tu casa, la matrícula de tu coche, la fecha de nacimiento de tus hijos, el cumpleaños de tu marido (o el tuyo), el aniversario de…. Son todos, malos candidatos para ser incluidos en una clave de seguridad (no confundir con clave a secas, porque para eso las citadas pocas líneas antes son perfectas y sencillas…).

Por otro lado, una buena contraseña debe acompañarse de buenas prácticas y una de las más importantes consiste en NO utilizar la misma para todo.

Podemos tener una contraseña, más o menos decente que se destine a cosas sin importancia como webs que piden credenciales sin mucho sentido, o para pruebas y juegos, por citar algunos posibles usos, pero para los usos verdaderamente importantes, debemos de utilizar contraseñas diferentes de forma que, si se compromete la seguridad de un sitio, o una de ellas, no se comprometa la seguridad del resto de servicios, webs, sistemas y datos con los que lidiamos cada día.

No faltará más de uno/a que piense:
– “Si la pongo complicada, no voy a acordarme, así que…”

Pero para todo hay métodos y es una muy buena costumbre el idear tu propio método de generar claves, a partir de una frase larga, de la que escojas ciertos caracteres.
Un método que permite poder recordar o, en el peor de los casos, volver a generar con la misma lógica, una clave, aunque no se recuerde en absoluto.
No tendremos que guardar en la caja fuerte las claves, sino un recordatorio de los elementos que utilizamos para generar nuestras claves que es mucho más seguro y aunque caiga en malas manos, será realmente complicado que el malhechor sepa cómo combinar todo ello para generar tus mismas claves.

Lo importante es que el método sea tuyo, y solo tuyo, que permita adaptarlo a cada servicio, con pequeños pero importantes cambios NO predecibles y que cumpla al menos las siguientes características:

  • Que tenga al menos 18 caracteres (si son más de 20 sería lo ideal).
  • Que incluya mayúsculas, minúsculas, números y símbolos (como algunos de estos: ~ ! @ # $ % ^ & * ( ) _ – + = { } [ ] \ | : ; ” ‘ < > , . ? /).
  • Que NO incluya palabras o nombres, lugares, marcas o elementos incluidos en NINGUN diccionario de ningún idioma.
  • Que la puedas cambiar siguiendo tu propio método cada cierto tiempo.

Porque todas las cerraduras se pueden abrir, con tiempo, conocimientos y herramientas pero si la nuestra es de alta seguridad, y encima la cambiamos cada cierto tiempo… los malhechores tendrán que empezar de nuevo, aun cuando estén todo el día tras tu puerta.

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