Pese a la labor de concienciación que todo el sector TIC, lleva realizando durante años acerca del riesgo que existen en Internet, muchos usuarios, tienen instalada la idea de que no son víctimas potenciales de un hacker.
Piensan que dado que no son “nadie”, no tienen “nada” y que las victimas perfectas son las grandes corporaciones, los gobiernos y vaya usted a saber que agencias secretas… y también…pero no los únicos.
Resulta que esos gobiernos, las agencias secretísimas y las empresas tienen músculos para defenderse. Más concretamente tienen “músculo financiero” y eso les proporciona sistemas de seguridad avanzados, personal especializado en seguridad y otra serie de elementos que dificultan que un “caco cibernético”, se meta con ellos. Todo ello minimiza su riesgo.
En cambio, tú, eres como la gacela pequeña y desvalida que se cree segura pastando en medio del rebaño, sin darse cuenta que cuando aparece el león, los grandes corren y tu te encuentras sol@ y sin saber qué hacer.
Posiblemente cuando sientas el zarpazo y los colmillos en la yugular, tu cara sea de sorpresa porque, simplemente, ni lo viste venir.
La pregunta es: ¿y por qué soy interesante yo para un “ciber-depredador”?
Pensemos en cosas sencillas. No es preciso pensar en tu trabajo ni en expedientes raros, sino en elementos mucho más del día a día.
Imagina que tu Smartphone o tu ordenador se ven infectados por un troyano común (no hablamos de un hacker súper especializado atacándote a ti, sino algo de casualidad que te llega y acaba colándose de la forma más tonta).
Ese troyano contacta con “su dueño” y le da acceso a tu teléfono.
Sigues pensando que no hay nada de valor, pero posiblemente tus fotos llevan “geo-tag” y este tipejo, sabe donde trabaja tu madre, o a que parque llevas a los niños a jugar, además tiene algunas fotos comprometedoras tuyas y encima acceso a todas esas conversaciones que no te gustaría que algunos conocidos pudieran examinar.
Para más cachondeo un día te llega un email en el que te cuentan todo esto, amenazándote con secuestra a un ser querido, o publicar cierta información (antes sin valor, según tu…) en ciertos lugares como tu propia cuenta de Facebook.
Te cifran el teléfono y/o el ordenador para que no puedas acceder a la información y te exigen una cantidad de dinero…. Pongamos 500€.
¿Acabarás pagando? ¿Y la segunda o tercera vez que te pidan dinero?
Muchas veces es más fácil extorsionar a 1000 personas “indefensas” con 500€ que a una gran compañía por 500.000€ y probablemente tiene menos riesgo.
Nadie está a salvo de sufrir una extorsión, pero mantener las medidas de seguridad adecuadas, minimiza el riesgo de ser la víctima.
Piensa: “Para que molestarse en una gacela atenta y en forma, cuando al lado hay miles que están despistadas y por las justas saben correr…”
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